FÚGATE DEL MUNDO REAL
No nos engañemos, toda
nuestra vida es una mentira. Cuando somos pequeños, a los niños los traía la
cigüeña, cuando se nos caía un diente venía el Ratoncito Pérez, durante todo el
año éramos vigilados por tres ancianos que venían desde Oriente cargados de
regalos, las princesas y cuentos de hadas eran totalmente factibles, y todos
éramos capaces de ver la bola de fuego, que salía al juntar nuestras manos, al
grito de “dragon ball”. Nada era imposible, creíamos que el mundo estaba a nuestros
pies.
Fuimos creciendo y nos dimos cuenta que en París no había bebés volando,
que lo ratones son un fastidio mas que otra cosa, que en oriente no hay Toys r
us, que los príncipes suelen ser ranas y que el fuego quema. Pero no pasa nada,
llegaron más realidades camufladas. Ricky Martin y el perro, los chinos
traficantes de órganos, el primo de tu mejor amigo que parece omnipresente, y
los anuncios. Esos anuncios. Ese fantástico quitamanchas, esa paste de dientes
hiperblanqueadora, ese chicle con explosión de sabor, ese champú con el que
viajas al caribe, ese desodorante que te hace ser un fucker, esa hamburguesa
más sana que una manzana…
¿Y qué me dicen de las
frases motivadoras? Pasamos nuestra vida escolar estudiando a Platón, Kant,
Descartes y los máximos pensadores resultan ser Bob Marley, Marilyn Monroe y
Will Smith. Pero yo me pregunto, ¿De verdad les dio tiempo a ser tan célebres,
o no todas las citas están atribuidas a su autor?
Pero, aunque parezca una
locura, me encanta, me encanta esa realidad maquillada, esa que da alegría a
nuestro día a día, esa chispa de la vida.
¿Qué haríamos sin ello? ¿Qué
haríamos sin poder soñar con un verano como el de Estrella Damm? ¿Qué haríamos
sin esos anuncios de Coca-Cola que hacen que nos replanteemos la vida? ¿Sin
poder ir al sur para encontrar el norte? ¿Sin lo escalofriante de Mahou? ¿Qué
haríamos sin ese niño de Danone que todos queremos tener? ¿Sin esas repúblicas
independientes de Ikea?
Yo soy feliz en ese mundo.
Pudiendo soñar. Imaginando encontrar ese trébol de cuatro hojas entre 10.000 de
tres. Llevando como lema el famoso Hakuna Matata que esconde nuestras
preocupaciones. Fugándome del mundo completamente real. Porque si mal no
recuerdo, alguien nos espera en el país de nunca jamás. Segunda estrella a la
derecha todo recto hasta el amanecer.