CSI DEL AMOR
No sé si es la primavera que la sangre altera, si el buen tiempo y el sol que hacen el efecto de pastilla antidepresiva o que estoy de exámenes y mi cabeza vuela a mejores tiempos en los que la tónica tenía mejor compañero que un café bien cargado.
Y es
que me pongo melancólica y recuerdo esas mañanas con no muy buena cara, una
resaca que te hacía perjurar que una y no más, con esos pies destrozados de
tacones que miden mas que unos zancos de equilibrista, con esa melodía de “que
no pare la fiesta, don´t stop the party” que aun sigue sonando, y con ese
remordimiento que sientes, y que provoca un vuelco al corazón cada vez que pasa
por tu lado alguna amiga con sonrisa cómplice.
Y es que vienen a mi memoria las
conversaciones post-estanocheSELÍA del día de después, momentos en los que
todas hacemos de consejeras expertas en todo tema que se nos presente referente
a la noche anterior, y damos consejos que, no se porqué extraña razón, funcionan
aunque sean más malos que los que darían
los psicólogos de Gran Hermano. Me refiero a esos “+Jo tía, es que no entiendo
porqué no me escribe, es que soy tonta en serio…” y demás comienzos que tienen
esas reflexiones sobre qué pasó con ese chico que parecía tan maravilloso y con
el que, cuando estabas con los cinco sentidos puestos, estuviste criticando a
todas esas que están con tíos de una noche y con el que terminaste siendo una
chica de una noche. Y es entonces cuando comienza el un dos tres responda otra
vez de motivos por los que el capullo no se merece a tu amiga, llegan esos “no
te rayes”, “si no se da cuenta de lo que vales es que es imbécil”, “tu pasa”… Y
tachán llega la cumbre de todas las charlas, punto en el que se empiezan a
enumerar los requisitos del chico diez, que tan poco llego alcanzar el marciano
motivo por el que seguimos intentando hacernos y hacer creer que es lo que
realmente queremos.
Y es que ha llegado el momento en el que tenemos
que ser sinceras y ayudar un poco al sexo opuesto, es a beneficio de todos.
Chicos el decálogo del hombre perfecto existe pero no es querido ni factible,
en serio no lo es, no lo intentéis, si nos habláis nos quejaremos porque sois
muy intensos, si no nos habláis nos indignaremos, si demostráis sentimientos
seréis unas nenazas y nos haréis pensar que se los decís a todas, si sois una
piedra nos parecerá fatal porque nosotras damos más…y así sucesivamente. Y es
que, a riesgo de citar a Bob Marley, la perfección es relativa en este terreno.
Pero tranquilos, no somos tan complicadas como queremos aparentar, es simple,
consiste en que nos conozcáis para ver la compatibilidad, decidir si estáis
dispuestos a tener lo que nosotras queremos, si la respuesta es no, no lo
intentéis no funcionará, ante todo sinceridad con uno mismo.
Y os
recomiendo el uso de esas maravillosas cañas, que no paráis de tirar por la
noche, para pescar las indirectas que siempre, y repito, siempre, todas y cada
una de nosotras mandamos en las largas y absurdas conversaciones de whatsapp,
conversaciones en las que tenéis que andar con más cuidado que si fuerais a
atracar un banco, ya que son analizadas por ese grupo de expertas mencionadas
anteriormente y que sacan la lupa a la hora de mirar cada coma e icono que
decidís mandar (eso de ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio se
nos da de maravilla). Si te das cuenta que los dos buscáis lo mismo y has
superado con vida el examen minucioso al que serás expuesto por las CSI del
amor, enhorabuena, tus características mágicamente pasarán a ser la perfecta
descripción del manual del hombre diez.
Ahora
llega lo realmente complicado, mantener el rumbo, aquí algo muy muy fácil, el
movimiento se demuestra andando, ANDANDO, no corráis que lo importante es
llegar y la velocidad sólo trae siniestros y ni vosotros sois gatos con siete
vidas que gastar ni nosotras ponemos la otra mejilla una y otra vez. No tengáis
miedo, si nos gustáis como sois podéis ser vosotros mismos, sin descuidaros ni
descuidarnos, os recuerdo que estáis en constante vigilancia. Si vais pasando
aniversarios y vuestros rasgos siguen siendo parte del decálogo, iréis por buen
camino.
Pero
no os confiéis, por mucho que llevéis este mapa, siempre encontraréis dragones,
situaciones en las que no tendréis ni la ayuda de una brújula, en las que
estaréis muy perdidos, momentos en los que desearéis no haber emprendido el
viaje. Ante esto, mantened la calma, intentad encontrar el norte, sacad ese
lado femenino dentro de vuestra psicología masculina, no hagáis mucho caso a
vuestros secuaces, donde manda patrón no manda marinero (quien conoce a la
chica sois vosotros), sed sinceros y encomendaros a todos los santos y dioses
que conozcáis. Aquí, una vez más, entra la relatividad de la mujer con la que
estéis, si la conocéis y sabéis como se puede solucionar el problema el amor
triunfará o no, nunca se sabe.
En
fin, no sé si con esto os habré descubierto América o el Nuevo Mundo pero
confío haberos ayudado en algo y sólo espero que seáis un poco menos
cabroncetes con nosotras, os lo pide una miembro permanente del CSI del amor
que está harta de escuchar remordimientos y “Jos, tía”.